Y ahí está. Se veía venir que ya venía llegando. No aquello que anunciaba Willy Chirino hace veinte años y todavía emociona a los cubiches, gente con una paciencia admirable.
Y sí, al fin, saltó de la caja el payasito con la frase esperada: «Si ya somos miserables, seámoslo también con Cuba».
No la singularicemos. No le demos más importancia que la que tiene, i.e., ninguna. Entreguémonos al compadreo con Raúl. ¿No lo hacemos con China o con Vietnam o con los sauditas?
¿Excepcional, Cuba? ¡Qué va! Cuba es una dictadura como cualquier otra. Y la trataremos como tal, es decir, con cariño y sana distinción.
No se trata, atiéndase bien, de la retórica de Moratinos, de aquello de que hay indicios de cambios, de que el diálogo crítico rinde beneficios, de intentar ejercer presión dulce. ¡Se acabó el embaraje!
No. Ahora ya se nos dice descarnadamente que Cuba es un «régimen opresivo» y que bien, que perfecto, que dale, ¿dónde está el problema?
Lo bueno que tiene esto no es lo malo que se está poniendo, que dice el dicho. Lo bueno que tiene esto es que nos sitúa más allá de toda esperanza.
Si alguna quedaba.
EU official suggests shift in policy on Cuba
By Tom Evans. CNN
November 24, 2009 — Updated 0110 GMT (0910 HKT)
Karel De Gucht: Little sense in singling out Cuba.
(CNN) — A European Union commissioner Monday told CNN’s Christiane Amanpour that Europe’s policy toward Cuba in the future will place less emphasis on human rights in the island nation than now.
The EU commissioner for development and humanitarian aid, Karel De Gucht, who is just back from a visit to Havana, Cuba, told Amanpour,
«We have relations with a lot of oppressive regimes and we have a special regime for Cuba. It makes no sense singularizing them.»
UPDATE:
Sigue el video del programa de Christiane Amanpour en CNN donde De Gucht hizo las declaraciones que cité más arriba.
Un magnífico documento porque contiene la frase completa, a saber, «Simply, because we think the Cubans have a point. We have relations with a lot of opressive regimes…»
Es decir que es el propio gobierno de La Habana quien reconociéndose violador de los derechos humanos, pide se le trate como al resto de regímenes opresores o «democracias de baja intensidad»…