Cambiar el sistema. Perpetuar el sistema. El sistema.
En la Rusia postcomunista algunos «nuevos rusos» demostraron un cinismo y un sentido del humor magníficos cuando bautizaron precisamente Система, «El Sistema», a uno de los grupos empresariales más grandes del país.
La corporación nació tan pronto como en 1993, cuando se desmoronaba «el Sistema» y en un par de años se hizo con fabulosos negocios inmobiliarios, una compañía de seguros –El Líder–, la principal empresa de turismo –Intourist–, una tajada fundamental del negocio de las telecomunicaciones –pusieron en marcha la primera compañía de telefonía celular en Rusia–, concesiones para la extracción de crudo y hasta adquirieron la célebre cadena de tiendas de productos para niños Dietski Mir.
Muerto el sistema como ideología, nació «El Sistema» como corporación. Y si sólido era el sistema comunista, más aún lo es «El Sistema» poscomunista. Tanto, que su filial de telefonía celular fue la primera compañía rusa que cotizó en Wall Street.
Que nadie se extrañe si en una [hipotética] Cuba poscomunista, los herederos de los Castro y su entorno muestran igual sentido del humor e igual descaro y a esa corporación futura que controlará paquetes de acciones en Cupet, el Grupo Gaviota, ETECSA y un largo etcétera la llaman lisa y llanamente Castrismo, S.A.
¿Por qué no? Ya se sabe cuánto valoran los clientes la claridad, la transparencia y la tradición.
De contra:
En el número de verano de Commentary se ocupan de la política exterior de Barack Obama: The Abandonment of Democracy. Muy recomendable.
De recontra:
Por cierto, acabo de comprar el dominio www.castrismo.com ¡Va y me cae una tierrita!