«Mayoría de los exiliados aprobó recital de Juanes», titula El Nuevo Herald. Radio Martí y otros muchos se van también con la de trapo, con que si los «exiliados» aprueban, suscriben, apoyan. Son titulares falaces, porque el exilio cubano, como el amor según Rocío Jurado, se nos acabó de tanto usarlo.
Más de una vez me ha sucedido hablar con cubanos residentes en España y otros países de Europa -bien y definitivamente asentados aquí, por cierto-, y encontrarme con aquello de que «Ustedes, los exiliados, etc…» No se trata exclusivamente de jóvenes, como quiere hacer creer la sociología de ocasión. Gentes de diferentes orígenes sociales y edades, cubanos que han salido de Cuba en los últimos años, los cubanos escapados en el s. XXI, después de casi una década de dolarización, mantienen una relación con Cuba que difiere de manera radical –aunque ellos la manejan con naturalidad- de la que algunos todavía defendemos.
Hace poco, en un restaurante cubano de Barcelona, hablaba con una decena de estos cubanos. Se comentaba el cómo cada cual había conseguido «los papeles», es decir, qué vía utilizó para regularizar su situación en España. Alguno con beca del Instituto de Cooperación Iberoamericana, otro en viaje de estudios con otras becas de las que no había oído hablar, otro más, con carta de invitación y contrato de trabajo… Cuando dije que obtuve asilo político me miraron como quien mira a un afgano. Fui Ahmed por un instante. «¿Asilo de qué?», me preguntó uno con acento de Silvito el Libre con María Elvira, y me eché a reír. Ojo: no son castristas ni mucho menos. Simplemente, participan de una idea distinta de la relación con Cuba. Te dicen de corrido que quieren que el equipo de Cuba gane el Mundial de Baseball, mientras agitan banderas cubanas, y que Fidel y Raúl son unos hijos de puta o que se van a Cuba de vacaciones el mes que viene pa’ gozar en La Habana y que en Cuba no hay quien viva por culpa del «gobierno».
«Mayoría de los exiliados…» dicen esos titulares. Antes de titular habría que establecer quiénes son los exiliados y quiénes los cubanos que viven una diáspora que algunos llamarían light.
En realidad, los «nuevos cubanos» son una proyección más del castrismo y de Cuba. Más de la última que del primero. Y vale la pena contemplar esa distinción, no para excluirlos de la Cuba y el exilio que quiere libertad, sino para entender que generaciones después de los fusilamientos en La Cabaña, hay cubanos que han construido su propia Cuba y su propio «estar afuera». Definitivamente, esos cubanos son cualquier otra cosa menos exiliados. Son ni fu ni fa, ni comunistas sembrados ni militantes exiliados. Son poscubanos. Y yo los escucho y respeto. ¡Por supuesto que sí!
Así que lo de «Mayoría de exiliados aprobó…» vale lo que moneda falsa. ¿O será que han comprado en el Grupo de Estudios Cubanos, El Nuevo Herald o Bendixen&Associates un fiable exiliómetro?