Al teléfono:
―¿Lo viste?
―¿El concierto?
―¡¿Lo viste?!
―Menos a la Tañón y a X Alfonso, sí.
―¡De pinga, socio!
―…
―¿Tú te acuerdas de la misa del Papa allá?
―Vagamente, sí.
―Fue una mierda al lado de esto.
―Bueno, eso es fácil decir de una misa siempre…
―Ná, yo no me puedo creer que no te llegara lo que pasó allí…
―Me llegó, sí. Por Cubavisión. Y escuché a Silvio Rodríguez cantar Ojalá en la Plaza de la Revolución y a Aute con sorpresa de canción antifranquista. Eso me gustó mucho. ¿Cómo suena? «Voy pidiendo libertad y no quieren oír, es una necesidad, para poder vivir, la libertad derecho de la humanidad». No estuvo mal para una plaza como esa.
―¡Y lo de Los Aldeanos! ¡Lo de Miami!
―Me gustó ver esa plaza del oprobio convertida en otra cosa, sí… Pero…
―Pero ¿qué?
―¿Qué quieres? ¿Que te diga que me gustó?
―¡Claro! Oye, ¡un millón de habaneros asomados a Miami, Madrid, Nueva York y oyendo lo que oyeron! ¿Te parece poco?
―En verdad, me pareció poco y me pareció mucho, pero esa es la trampa de un país y un exilio que no sabe qué hacer con los adverbios.
UPDATE:
Canal Radio Caracol, me avisa el lector M.S., ha subido unas curiosas imágenes a su web con bronca previa al concierto.
Se trata de la discusión de Miguel Bosé y Juanes con los funcionarios cubanos que parece estuvieron a punto de dar al traste con el concierto.
El video no permite embedding: sígase este enlace para verlo.
