«Yo sí tengo legítimo derecho, señores delegados, a decir “Viva Cuba libre”», concluyó Pérez Roque el discurso ante Naciones Unidas hace unos días, y repitió lo de la «Cuba libre» tres veces.
Aunque el plenario estaba de bote en bote, consta que el representante de Albania ante la ONU no acudió a escucharlo.
Horas después, el propio Pérez Roque afirmó que el país que representa, o sea, Cuba, está dispuesto «incluso a renunciar a la soberanía y la bandera» en aras de integrarse en émulo latinoamericano de la Unión Europea.
Como es natural, el representante de Albania ante la ONU tampoco asistió a esa rueda de prensa.
Las declaraciones de Pérez Roque han levantado polvareda en el exilio –leo que Ninoska Pérez está alteradísima; la imagino deshecha recitando por lo bajo aquellos versitos de Bonifacio Byrne sobre bandera igualmente deshecha. También se las discute ampliamente en Cuba, extremo que me consta.
Sobre el asunto que solivianta a ambas orillas de la cubanería, el representante de Albania ante Naciones Unidas no ha dicho palabra.
Moraleja: el único que sabe lo que de veras valen las palabras de Pérez Roque es ese albanés dijérase que sordo.
Su nombre: Adrian Neritani. Además de su responsabilidad en la sede de Naciones Unidas, Neritani ostenta las credenciales de embajador de Albania ante Cuba, cargo para el que fue nombrado el 17 de mayo pasado. ¿Saben para quién trabajaba Neritani hasta su nombramiento? Pues para la Cullison & Cullison de Chicago, firma de abogados que se dice amiga de la República de Cuba y lleva años trabajando en favor del levantamiento del embargo.
Reivindico a ese Neritani como termómetro para medir la importancia de los pronunciamientos de la claque de La Habana. Su impasibilidad es meritoria y ejemplarizante.
Encima, el tipo representa a país con capital en ciudad llamada Tirana. Por demás, país donde nació la Madre Teresa –paciente y persuasivo, pues-, y al que fue a morir en el exilio Shabbatai Zevi, el Mesías apóstata -sabedor, así, de razones del exilio y de súbitos cambios de fe.
¿Quién da más, señores?
UPDATE:
Bill Richardson en el número de diciembre de Playboy. Una cándida entrevista, la presentan. Dice Richardson que Fidel Castro intenta intimidar con su intelecto. ¿Qué querrá decir exactamente «intelecto» para Richardson?
“Fidel Castro has an enormously powerful intellect and is well informed. He told me he reads every newspaper, sees every morning broadcast and reads prodigiously. He showed me all the books he read. While I have enormous dislike for his policies—especially human rights; he incarcerates everybody who disagrees with him—he is a fascinating character who tries to intimidate you with his intellect.»
Más perlas, aquí.